¿Cómo funciona un tubo fluorescente?
Hoy seguimos con otra entrada relacionada con el funcionamiento de un elemento cotidiano en nuestro hogar, en este caso, un tubo fluorescente. Habrás tenido que cambiar más de uno, pero, ¿sabes por qué emiten luz?
La realidad es que su funcionamiento no ha cambiado demasiado desde 1938, cuando aparecieron en el mercado. Estas lámparas constan de cuatro partes: El tubo de descarga, los casquillos con los filamentos, el cebador, encendedor o arrancador (starter); y el balasto. La pared interior del tubo se encuentra recubierta con una sustancia fluorescente, que se encarga de convertir los rayos de luz ultravioleta en radiaciones de luz visible. El tubo está relleno de un gas inerte, habitualmente argón, y un poco de mercurio líquido. El gas facilita el surgimiento del arco eléctrico que enciende la lámpara, y también controla el flujo de electrones que atraviesa el tubo. Los casquillos, por otra parte, calientan el argón que contienen en su interior para que se puedan encender.
Los filamentos poseen un recubrimiento de calcio y magnesio que hace aparecer el flujo de electrones que hace falta para que se encienda la lámpara. Cuando esto ocurre, los filamentos se apagan y se convierten en dos electrodos, a través de los cuales se establece ese flujo de corriente o de electrones.
Como puedes ver, este post ha sido un poco más denso, ¡y es que hasta el elemento más cotidiano de nuestro hogar dispone de una tecnología que muchas veces incluso nos cuesta entender cuando nos la explican!
