Engrasar cerraduras, métodos sencillos

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Engrasar cerraduras

Las cerraduras son elementos de nuestro hogar, por lo general, bastante desconocidos. No terminamos de tener claro su funcionamiento, y es cuando una de ellas se atasca o deja de trabajar correctamente cuando nos damos cuenta de lo poco que sabemos. Habitualmente no tenemos que enfrentarnos a su mecanismo, que en realidad, no es excesivamente complejo. Hoy vamos a explicarte qué hacer cuando te encuentres con uno de los problemas más comunes que pueden dar: que no giren como toca o que la llave no se deslice bien.

Bien, lo más probable si te ocurre esto, es que haga falta engrasar la cerradura. Así que manos a la obra. Lo primero que necesitarás será grafito en polvo. Este material suele venderse en recipientes con un aplicador largo y fino, que se introduce en la cerradura para permitir que el polvo se adhiera a ella. El grafito es un buen lubricante, en realidad, es el más recomendado para este objetivo. Si no quieres comprarlo, no puedes, o no tienes acceso a él, lo mejor que puedes hacer es frotar una mina de lápiz -que es básicamente grafito-, contra la llave; a continuación hazla entrar en la cerradura y abre y cierra la puerta un par de veces. Con esto lograrás que el grafito penetre de una forma similar a como lo haría si comprases el recipiente con aplicador.

Otras opciones sencillas que puedes contemplar pasan por comprar determinados sprays y grasas -a la venta en ferreterías- fabricados para este fin. El resultado será casi el mismo, el problema es que los productos grasos pueden retener partículas de polvo que a la larga pueden volver a obstruir la cerradura.

Ya que te pones, encárgate del resto que tengas en tu hogar, ¡y recuerda revisarlas periódicamente para evitar que lleguen a atascarse de nuevo!

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