Consejos para dormir bien, o mejor
Últimamente son más frecuentes que nunca los trastornos relacionados con el sueño. Mucha gente duerme mal, padece insomnio, o se levanta aquejada de dolores por no haber descansado correctamente. Hay quien aprieta la mandíbula, o quien está en tensión toda la noche. ¿Por qué se producen estas alteraciones del sueño? Hay muchos motivos, pero uno es sin duda un factor y una causa determinante: el estrés. Hay un sinfín de situaciones que generan estrés, de hecho, puedes estar estresado/a y no sentirte nervioso, es una confusión muy generalizada la de creer que el estrés siempre se percibe fácilmente. Vamos a darte algunos consejos relacionados con hábitos del hogar que pueden ayudarte a descansar mejor.
El primero es básico: ten tu hogar ordenado. El desorden nos genera ansiedad, no es lo mismo dormir en una habitación recogida y limpia que en una con todo tirado aquí y allá. Saca un rato para tenerla a punto para dormir, haz la cama, cambia las sábanas. Lo agradecerás.
Otra cuestión a tener en cuenta: la iluminación. Procura que tu hogar esté iluminado de tal manera que te permita variar de la luz natural del día, a una luz funcional -una que te sirva para trabajar, por ejemplo, cuando desaparezca el Sol-, o a una más acogedora para los momentos de relax. No te sientes en el sofá a reposar con una luz blanca de oficina inundándolo todo; emplea lamparas pequeñas o de pie con bombillas de luz cálida colocadas en rincones estratégicos de la estancia. No hace falta que estén cerca, funcionan muy bien en las esquinas, proporcionando una iluminación tenue y acogedora. Ayudarás a que tu mente se relaje antes de dormir, y además, no la engañarás: para que tu biorritmo sea el correcto, intenta imitar la fase del día en que te encuentras, si es de noche, que no esté todo iluminado, así tu cuerpo irá entrando en ‘modo dormir’.
Otro punto clave: el olor. Combate los malos olores si lo tienes. Cañerías, cocina, baño, tabaco; lo que sea. El incienso es un remedio muy natural para acabar con ellos. Si no te gusta el olor del incienso, prueba con lavanda, o tomillo, por ejemplo. O con la planta aromática que desees. Los aromas agradables aportan calma y serenidad. Por supuesto, no fumes donde vayas a dormir.
La disposición de los muebles en tu casa también es relevante. Evita estridencias o estrecheces; el equilibrio es la clave. No hace falta pasarse de minimalista, simplemente evita que tu hogar esté abarrotado de elementos; es importante que sientas que tienes espacio. Una casa que resulte claustrofóbica es una fuente perfecta de estrés. Busca la armonía. Si puedes, ten plantas.
La alimentación es muy importante para dormir bien: por la noche evita digestiones pesadas. Cena algo ligero con suficiente antelación a tu hora de dormir habitual. Evidentemente, prescinde de la cafeína o la teína. Toma infusiones calientes que te relajen.
El último consejo que te vamos a dar está relacionado con un hábito muy típico hoy en día: la interacción constante con las pantallas. Hay determinadas actividades que relajan porque las practicas de una forma pasiva o con una intensidad muy baja. Por ejemplo, ver la TV, o leer. Es muy fácil caer dormido/a haciendo cualquiera de las dos cosas. Pero, ¿internet? Ah, eso sí que no. ¿A quién no le ha pasado decir, ‘voy a estar solo un poco más’, y descubrir que se le ha hecho tardísimo sin hacer realmente nada en la Red? ¿Por qué ocurre esto? Porque la actividad en internet es intensa: lees, escribes, navegas entre un montón de contenidos, tomas decisiones, recibes luz en los ojos todo el tiempo… Es de todo menos relajante. Esta cantidad de estímulos en momentos previos al sueño van a hacer irremediablemente que te acuestes con una tensión adicional que no necesitas. Aprende a frenar unas horas antes.
Sigue estos consejos y probablemente percibirás una mejoría importante en tu descanso. Evidentemente, si tu problema persiste, acude a un especialista, esto no es un tratamiento, son consejos para una forma de vida en tu hogar que evite el estrés. ¡Esperamos que te pueda servir!
